15 agosto 2016

¿Quién tiene miedo de las cazafantasmas?


Las taquillas de los estrenos de verano están siendo, en general, deprimentes para los estudios de Hollywood. Su táctica de estirar todas sus películas para convertirlas en franquicias, de dedicar sus grandes apuestas, sus tentpoles, a secuelas variadas, ha fracasado en los meses estivales de 2016, y parece que la única película que va a poder sacar pecho como casi el único éxito de taquilla de este periodo va a ser, paradójicamente, "Escuadrón Suicida". En esa tendencia a la baja ha caído también "Cazafantasmas", de la que se apuntó en estos últimos días que podría representar unas pérdidas de entre 50 y 70 millones de dólares para Sony, que quería utilizarla para lanzar, cómo no, su propia franquicia resucitando una marca que fue un rotundo éxito hace más de 30 años. Pero esta noticia no merecería una atención tan destacada en medio de los fracasos, de crítica y de público, de "Independence Day: Contraataque" o de esa "Warcraft" a la que la taquilla china va a permitir maquillar un poco sus resultados, si no fuera por la fea polémica que la acompaña desde que se anunció el proyecto.

¿No sabéis de qué polémica estamos hablando? La que afirmaba que relanzar "Cazafantasmas" con cuatro mujeres al frente (y ninguna en el estilo de Megan Fox en "Transformers") era un sacrilegio. Y eso utilizando una palabra tirando a blanda en comparación con todo lo que se dijo, y se sigue diciendo, en internet sobre la película de Paul Feig. Si queréis perder la fe en los fans interneteriles, echad un vistazo a los comentarios en YouTube al trailer de la cinta (no hace falta que os remontéis al Gamergate; ese horror no debería tener que sufrirlo nadie), o a lo que se comentó también cuando Disney lanzó el trailer de "Rogue One". ¿Dos películas seguidas de "Star Wars" protagonizadas por mujeres? ¿Pero qué invento es esto? Esta nueva "Cazafantasmas" tenía, por tanto, dos enormes obstáculos que superar: uno era el cansancio del público con la insistencia de Hollywood por relanzar cualquier cosa que tuviera un mínimo de éxito en la década de 1980 ("Stranger things", también te estoy mirando a ti), y el otro, la campaña sexista lanzada por todos esos "fans" que afirmaban que les estaban destruyendo retroactivamente la infancia.

Así que es difícil abstraerse de semejante clima cuando, finalmente, se tiene la ocasión de ver la película. Es curioso porque, en varias entrevistas, el propio Feig ha comentado que le habían ofrecido dirigir, primero, algo así como una "Cazafantasmas 3", en la que algunos de los personajes de la original pasarían el testigo a un nuevo equipo. Nunca terminó de ver claro ese enfoque, sobre todo, porque le parecía que siempre estaría a la sombra de las primeras películas. Hasta que, de repente, se le ocurrió que podía hacerse con cuatro mujeres que tuvieran su propia "historia de origen" como cazafantasmas, con guiños hacia el filme de Ivan Reitman, y de este modo podrían tener su propio viaje, sin estar tan sujetas a las comparaciones con el original. Que se pueden hacer, por supuesto. La estructura de esta nueva "Cazafantasmas" es muy parecida a la de 1984, pero es cierto que sus protagonistas tienen unas personalidades diferentes y un ritmo distinto, que vienen del propio estilo de las comedias de Feig.

En ese aspecto, el mayor éxito de la cinta es el cuarteto formado por Kristen Wiig, Melissa McCarthy, Kate McKinnon y Leslie Jones, con la hilarante aparición robaescenas de Chris Hemsworth. Verlas a ellas charlar e improvisar en su cutre cuartel general es, de largo, lo mejor de todo, y lo que podría justificar esa secuela que, de momento, pinta improbable. La imprevisibilidad de McKinnon, el entusiasmo de McCarthy, el ímpetu de Jones y las peculiares salidas de Wiig (casi todas provocadas por su atracción hacia su secretario) impulsan, en gran parte, la diversión que proporciona "Cazafantasmas". Luego hay un villano que parece más que pasaba por allí (y que, spoiler, es un poco Jonathan de "Buffy, cazavampiros") y un tramo final lleno de acción que, aunque sea lo menos interesante, sí despliega unos efectos especiales con los fantasmas espectaculares y llenos de colorido. De hecho, éstos bien pueden ser, visualmente,  los mejores fantasmas el cine reciente, junto con los de "La cumbre escarlata". Al final, "Cazafantasmas" es una película muy divertida y entretenida, que mantiene esa querencia de Paul Feig por los inadaptados (por los freaks y los geeks) y por anclar sus filmes en historias de amistades que se han descuidado, y se tienen que volver a reforzar. Nadie tiene miedo aquí de los fantasmas, sean del tipo que sean.

Música de la semana: Una de las peores cosas de esta nueva "Cazafantasmas", y en eso sí podemos estar todos de acuerdo, es la versión de la canción de Ray Parker Jr. que se ha marcado Fall Out Boy. Más cuando, al final, es probable que el momento musical que más se recuerde está propiciado por esta ochentera a tope "Rhythm of the night", de DeBarge. Pero la canción con la que vamos a quedarnos es otra que suena también en la cinta, "American woman", de un dúo de Nashville llamado Muddy Magnolias que mezcla el R&B y el country de una manera muy curiosa.

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